Recuerdo a mis abuelas en la cocina y sobre todo el olor que había en las casas que indicaban que se acercaba la hora de esas delicias. De mi abuela paterna tengo agradables sabores y sobre todo el tradicional dulce de coco que se acostumbra a prepara en Semana Santa, no sé porque solo en esa época. De la materna Carmen herede casi todo lo que se en la cocina, siempre me hablaba mientras cocinaba, no era celosa de guardarse las recetas, las ricas torticas de arroz, el arroz con pollo todos los domingos, las ensaladas, las pastas también aprendí los tips naturales que solucionan muchas cosas en salud y belleza. Mis padres por supuesto que heredaron esta cocina, mi madre es especialista en comidas italianas, su arroz con pollo también es especial, pero sobre todo me encanta el pollo con papas, es mi favorito, mi padre es especialista con lo del mar los pescados, las sopas, el salpicón de mariscos y la paella. También tengo la suerte de contar con un esposo que le gusta la cocina, el prepara ricas sopas, un atún con vegetales, carnes y muy buenas ensaladas.
Claro que herede esta tradición culinaria, pero no puedo comerme todo lo que me gustaría, debido a problemas de salud, más bien me he inclinado con una cocina saludable, y he reinventado muchas de las recetas para adaptarlas a mi estilo, y poder disfrutarlas sin remordimientos, pero uno puede darse un gusto consentirse y consentir a mi sobrino con unas ricas galletas de mantequilla, trufas de chocolate, gelatina con frutas o un asado negro, la cocina siempre libera el estrés es una actividad como cualquier arte, te permite adicionar o probar con distintos ingredientes y hacerla variada de vez en cuando.
Redacción: Annabell Jiménez Pardo
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