Lo primero que debemos hacer
es orar. Así que oremos para que nuestro carácter sea transformado a través de
la obra del Espíritu Santo en nuestra vida y que su fruto se desarrolle a
plenitud en cada una de nosotras, nuestros esposos, nuestros esposos, hijos...
Amor
Señor, ayúdame a tener, cada
día, una actitud de buena voluntad y devoción hacia otros. Ayúdame a dar amor
con liberalidad sin espera que la otra persona lo merezca o dé algo a cambio.
Que el amor sea un hecho cotidiano y natural en mí, que las personas que me
rodean puedan ver el amor de Dios por ellos a través de mi amor.
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