En mi experiencia de trabajo, me ha tocado mucho atender a clientes, tanto en la empresa privada como en la pública, y la verdad que se requiere mucha paciencia, ya que cada persona asiste con una actitud distinta, para esto es necesario dejar nuestros problemas personales en casa y tomarlos cuando regresemos a ella. Las personas no se merecen malos tratos, caras poco amables y mucho menos desprecio porque su apariencia refleje que no posee poder adquisitivo, a veces dejarse llevar por lo que se piensa puede hacer perder un negocio importante, de igual forma la forma como trates a una persona será la imagen que muestres de la empresa para la cual trabajes.
Actualmente en mi país se vive una crisis social muy grande, y muchas personas llevan todo su malestar e insatisfacción y lo transmiten, los clientes no tienen culpa de lo que le puede estar sucediendo, y su mala actitud será más comentada de lo que pueda imaginar, por eso como empleado o como dueño hay que trabajar mucho en la buena atención al cliente para que nuestro paso por ese trabajo quizá momentáneo se deje lo mejor que podamos aportar, y pensar que tarde o temprano lo que no nos está llenando de satisfacción en este momento, dejara un aprendizaje y un precedente para el futuro.
Redacción: Annabell Jiménez Pardo
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